El último cuento
El momento adecuado se ha dado justo en el instante menos esperado. Largo trecho la idea recorrió mi mente de ida y vuelta, pero nunca pensé encontrarla así, tan inesperadamente. Lo había planeado una y mil veces durante largas noches de congoja, por lo que sabía tanto que tenía que suceder, como cómo tenía que suceder. Y todo ello no se parece en nada a lo que en este instante vivo. A lo que en este instante vivo y, decididamente, tengo que hacer. Debo enfatizar sin embargo, como creo haberlo dicho ya, que este momento no es en absoluto producto de la casualidad sino simplemente de la causalidad. No haría lo que tengo que hacer si antes no hubiera obtenido el arma para hacerlo. Y aunque no la obtuve con la intención, está aquí. Frente a mí. Fría, pesada, indiferente. No sin cierto temor paso las yemas de mis dedos sobre ella, y la siento fría, muerta, indiferente. Pétrea. Soy yo quien le dará vida en algún instante próximo. Soy yo quien entre los ...