Ella y él!
A pesar que tan solo la necesitó durante el último, los 49 anteriores fueron un idilio de aventura, de risas y sonrisas, de amigos y de fiesta, aunque también de dolor. Juntos siempre. Sí, siempre juntos.
Salvo en sus esporádicos viajes afuera del país o en sus odiseas entre la selva petenera, a donde nunca la llevaba consigo, aunque fortuitamente coincidieran allá o acá, tanto en la maravillosa cúpula del saber que a pesar de tanto no puede prestar lo que natura niega, cuando acompañaba del brazo a la formación y el desarrollo de la humanidad, o acá, cuando pisaba miles de pisadas borradas en búsqueda de lo desconocido.
Han sido por lo demás casi 49 años de vida con ella de la mano o del brazo. Sin embargo, luego de tanto, llega el momento de tan poco, y de decirse adiós.
Él reconoce, ella lo utilizó, y hoy, cuando sus despojos y sus rastrojos empiezan a sentir que la vida se le va, cuando la muerte misma empieza a vibrar silente y muda, a sentirse, a olerse, decide dejarla para evitarse más sufrimiento, aunque sin saber a ciencia cierta si aún es justo a tiempo o la decisión ha sido tomada demasiado tarde. Lo sabrá adelante, tanto como en un mes o como en un par de años o en toda una década, pero lo sabrá, salvo que otra tragedia de la vida le ponga el pie, lo haga trastrabillar y lo derrumbe antes, como muchas veces hemos visto sucede.
Entre tanto, ella, sin inmutarse siquiera, continuará su vida alegre de risas y sonrisas, de olvidos y de despertares dormidos, deambulando de mano en mano, causando tragedias y divorcios, aunque también alegrando la vida y hasta haciendo placentera alguna muerte.
Salud!!!
Salud!...la vida es una tragicomedia...
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