martes, 18 de febrero de 2014

Bicicletas de bambú

Por cierto, han visto visto bicicletas de bambú Guatemala, en feisbuk...?

domingo, 2 de febrero de 2014

Los Elgueta

Los Elgueta
Sin mayor precisión sobre las fechas, simplemente puedo recordar, según me contaron alguna vez mis emociones, que corrían los postreros del 1700 o quizá los albores del 1800, cinco más cinco menos poco cambiarán los hechos. Lo notable es que la historia empieza allende el océano, en España, en las tierras vascas de la región de Guipúzcoa, cerca ya de la costa cantábrica; precisamente entre los enormes desfiladeros y extensas lomas de la aquella entonces remota aldea llamada Elgueta. Hoy por hoy, Elgeta.
Pues bien, entre alguno de esos años, a la luz de las velas y en rededor de los candentes leños de olivo y almendro que chispeantes alimentaban la chimenea y realzaban el ambiente, los Elgueta, como diecinueve de ellos, entre hombres y mujeres, celebraban bailando y cantando entre jarras de vino, quesos de montaña y añejas carnes de cabra curadas al sol, la inminente partida de tres de los miembros más queridos de aquella familia.
Juan, Francisco y José, a lomo de caballo recorrerían la mañana siguiente las cerca de 100 leguas que separan Elgueta del puerto de San Sebastián, sobre el Cantábrico, donde a bordo del mercante La Nueva América, aquellos tres emprenderían su viaje hacia lo que en aquel entonces eran las misteriosas y prometedoras tierra de la América.
Juan, de oficio escriba y notario; Francisco, militar, más de ocasión que de profesión, y José, sacerdote y párroco de la pequeña iglesia allá instalada, brindaron por última vez con sus familiares y uno que otro vecino.
Luego de trepidantes 72 días a la mar, con las pieles tostadas por el sol y el agua salada de las extensas aguas recorridas, finalmente los Elgueta desembarcaron en las inmediaciones del río Motagua, en lo que alguna vez fue el importantísimo puerto fluvial de Gualán, en Zacapa.
Y es que habiendo sido allende el océano como primer oficio criadores de ganado y cabras, se ilusionaron al saber que aquellas tierras de la Fragua eran óptimas para tal oficio, sin embargo, y a pesar que efectivamente sí lo eran para las bestias, no lo eran para ellos, pues su costumbre a las tierras altas y marcados inviernos de nieve les impedía permanecer en aquel sofocante calor, por lo que a los pocos meses migraron hacia las tierras altas de Guatemala, asentándose en primera instancia en la ciudad de Totonicapán, y posteriormente en Quetzaltenango.
Francisco, el osado, pronto emprendió nuevamente viaje hacia las tierras del Norte, donde a causa del amor por una hermosa mujer de ojos tapatíos cayó mortalmente herido por la daga de un vizconde, español también, que tenía por suya, entre otras, también a la preciada dama.
Los otros hermanos se asentaron definitivamente en la ciudad altense. Juan contrajo matrimonio con doña Esther, una dama de alcurnia, ascendencia italiana y no pocos kilates en joyas entre su armario, por lo que pronto el escriba cambió su oficio por el de abogado y notario. Y de él descienden los otros Elgueta que sabemos existen en el país.
¿Sabes ahora de cuál de aquellos hermanos descendemos?
Salud ♪←♫