Aquel viejo!!!
Hoy por la
mañana, cuando aquel viejo más viejo que yo acariciaba con sus manos mis
zapatos, lustrándolos por cinco pesos, y luego de haber caminado por aquel otrora
verde parque de rosas y azaleas, entre sus palomas alborotadas y bajo frías
gotas de lluvia, vinieron a mi mente aquellos capullos de antaño, cuando tomado
fuertemente por la mano de mi madre recorríamos entre el gentío los alrededores
de la catedral y las banquetas del mercado central.
Hoy, Cuando
aquel viejo más viejo que yo acariciaba mis zapatos por cinco pesos, vi cuán
lejos mi vuelo en la vida y las ráfagas de viento a lo largo me habían arrastrado,
y ahora, con esas gotas de lluvia, con esas palomas y con ese viejo más viejo
que yo… acariciando mis zapatos, me devuelven a aquel lugar, 60 años atrás, cuando
este viejo era apenas un muchacho y yo un chiris de pantalones cortos.
Crecimos pues
él y yo en las mismas calles, en los mismos recovecos del tiempo y del centro,
y aunque sin darnos cuenta, sin duda sus pasos y los míos se sobrepusieron unos
a otros varias veces en aquellas calles, en esos recovecos donde hoy finalmente
nos reencontramos, sin que nunca antes nos hubiéramos encontrado.
José Luis
Elgueta
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