La exótica bebida

Sabemos muy bien que los zancudos son detestables por completo. Sin embargo, nunca había presenciado una boda entre ellos. Pues bien, sucedió la semana pasada, estando en una cabaña entre los manglares del canal de Chiquimulilla. Dormitaba, pues eran las 6, 6 y media de la tarde. En esas,  escuché el característico zumbido de tales miserables bichos. Me preparé para el inminente ataque con todo a mi alcance. Un trapo, insecticida, espirales y hasta azúcar para quemar. Sin embargo, los tales bichos pasaban de largo, me ignoraban, y se dirigían hacia un viejo tronco ahi cerca. Todos volaban hacia él. La curiosidad me obligó a ir a ver. Y como anticipé, festejaban una boda. Él, con un elegante smoking gris perla y ella, encantadora, lucía un vaporoso vestido blanco. Las damas zancudas, en hermoso vestido color lila. Y claro, ya imaginaran ustedes el resto, pero lo que me sorprendió sobremanera,  y por eso se los cuento, fue la bebida. ¿Saben que tomaban? Insecticida. El mismo que yo tenía para, supuestamente, aniquilarlos. Ahora comprendo porque, cuanto más les echo, más aparecen.

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