Todos mendigos!!!
Sí, todos mendigamos. Incluso amor, cuando no cariño, palabras bonitas y hasta falso amor. Y por supuesto, sexo.
Pero también mendigamos clientes y sus compras; fieles y devotos, y su diezmo o su limosna.
Mendigamos.
En los gimnasios, músculos y buena apariencia; en los bares, lo primero señalado; en carreteras, calles y avenidas: incorporarnos al carril.
En el día a día, que llueva y que no llueva.
En la cotidianidad, no ser víctimas de ladrones, delincuentes y corruptos, y menos aún, de funcionarios mediocres.
En lo que escribimos: lectores.
Mendigamos!
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