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Mostrando entradas de noviembre, 2024

Rebk!!! 2

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Una vez Julio detenido bajo cargos de acoso y maltrato a la mujer, según le acusaba Ann Beka del Pozo, y no Rebk, Claudia y yo decidimos realizar alguna investigación para establecer hechos e intentar ayudar a nuestro amigo. Iniciamos en los alrededores del edificio de apartamentos donde ella vivía. Ahí, a pesar que la reconocían en las fotografías que Julio le tomó en Antigua, nadie podía dar más detalles, salvo lo que ya sabíamos, que era muy atractiva pero siempre andaba sola; además, nadie la había visto en los últimos dos o tres días. Así mismo, y por más que lo intentamos en gimnasios cercanos, en estos nadie dio razón de ella. Posteriormente fuimos al pueblo de donde ella dijo ser oriunda. Allá también mostramos fotografías de ella a transeúntes, vecinos del pueblo, sin embargo, luego de visitar la municipalidad, dos colegios, las extensiones universitarias y dos o tres comercios en aquel pueblo, nadie pudo reconocerla. Dado que durante el periplo investigativo repartimos nuestr...

A Don Tito!!!

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 Y cuando volteó a ver, el espejo estaba ahi. 

El sepelio del 44.

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Y cuando las lluvias cesaron, la semilla había germinado y floreció. El fruto sin embargo, enjuto y argeñado. Otra vez.   Aunque no como siempre sino como nunca, pues además, arrasó con la esperanza.  Y las cenizas cubrieron los montes.

Rebk!!!

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Lejos de piel y colmillos de serpiente, aquella chica próxima a sus treinta primaveras, vistiendo con tennis, top y ajustados leggins color negro que realzaban de manera magnífica su espectacular figura, acentuada con horas y horas de rutina en el gimnasio, y radiante sonrisa de sol que entre sus gruesos labios rojos mostraba una hermosa hilera de blancos dientes perfectos enmarcados por su rostro luminoso y abundante cabellera de rolos y rolos y más rolos no podía menos que despertar la admiración entre los hombres.  Julio no se resistió, y aunque corriendo el riesgo de alguna denuncia por acoso, como es lo social hoy día, aunque como mucho, antinatural, se atrevió a hablarle en la tercera ocasión que la veía a las afueras de la iglesia. Resultó ser ella una chica encantadora. De raíces y hasta costumbres similares a las de Julio. De hecho, también oriunda de algún pueblo lejano, desde el cual se vino dos meses atrás en procura de desarrollo. Vivía sola acá en un apartamento y no ...

Mentes débiles!!!

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Muy enseñoreada, la vieja sonriente y sociable sabe que tiene muchos amigos, adeptos y seguidores contrario a críticos y enemigos, pues desde siempre ha tejido, como tarántula peluda, finos hilos de telarañas que llegan hasta los rincones más insospechados y lejanos del planeta. Por supuesto, si preguntas en la calle, en palacios, en congresos y hasta en la iglesia, todos son sus adversarios y la critican ferozmente, aunque solo para escudarse detrás de una de sus características más importantes: la hipocresía. Primordial para que aquella logre sus fines.  Se sabe dueña del mundo y quizá poco más, una vez sus tentáculos le dan vuelta y media al mismo.  Experta en conducta humana, utiliza a muchísima gente sin importar edad, sexo, academia, profesión o si es rico o pobre. Los usa a diestra y siniestra gracias a la ignorancia y la necesidad, pero sobre todo, gracias a la motivación humana por tener, por hacer realidad sueños y fantasías desmedidos, lo que hace de los "pobres" s...

Jackpot!!!

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Era todo un misterio.  De la noche a la mañana aquella recóndita y enorme casa allá, donde la curva hacia la cumbre empieza, estaba habitada. La noticia se regó en el pueblo como pólvora, aunque entre murmullos y silentes voces, pues nadie sabía a quién pertenecía, luego de varios años abandonada y recién remozada por completo.  Pero lo que más alarmó y preocupó a los vecinos fue ver la gran cantidad de gente armada que llegaba y se iba a menudo de aquella casa, así como las grandes y poderosas armas que veían aquellos portaban.  Ellos, los nuevos vecinos, eran totalmente herméticos. Nunca se detenían o caminaban al descubierto hacia algún otro lado de aquel pueblo. Ni al bar, ni a la panadería y ni siquiera a la gasolinera. Llegaban sin que nadie supiera de dónde y de la misma manera se marchaban. A veces solo a dormir y otras ni eso. Aunque en esporádica ocasión permanecían dos o tres días, a lo sumo. A decir de los vecinos que vivían más cerca, entre el puente y aquell...

La pluma del viejo!

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Incansable, la pluma tomaba por un lado la mano arrugada de aquel viejo que de frente al ocaso se marchitaba, y del otro, en su punta, una hoja de papel en la cual plasmar los postreros sueños de aquel cuyas canas y arrugas empezaban a latir. Usaría para ello la tinta de sudores, lágrimas y sangre que del mismo viejo brotaban. Pero sí, era la pluma quien tomaba la mano y la hoja de papel. Y ahora, tal aquel pez vela en las aguas del mar Caribe, sobre la corriente del golfo, frente a la Habana para ser preciso, en los 50´s del siglo pasado es protagonista inmortal, ahora la pluma también pretendía serlo.  Sí, ella pretendía ahora tener aquel protagonismo que justamente le ha correspondido a través de los tiempos de la humanidad, a pesar que siempre se le ha negado. Anhelaba ser reconocida por lo que era: la pluma. Y hasta aceptaba ser: la pluma del viejo, pero jamás algo como El viejo y la pluma. Ni por asomo. Intolerable desde todo punto de vista para ella, máxime en estos tie...

Amor de media tarde!

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ring, ring, ring... —Almacén la casa feliz, buenas tardes —Hola...! —Hola. ¿Qué sucede? —pregunta ella, asustada. Sorprendida con la llamada. —No, nada. Solo llamo para decirte que compré pastel de especias para ti, del que te gusta. Tres porciones. Así llevas refacción mañana.   —Ah, gracias. ¡Qué sorpresa! Yo te cuento que recién pasó también la señora de los tamalitos de cambray y compré cuatro. Dos para cada uno. —Ah la, qué rico. Gracias. Te quiero. —Por nada. Me haces falta. Pero ya en breve iré a casa. Te amo. —Sí, yo también salgo en veinte, treinta minutos. ¿A ver quién llega primero? Muero por verte. ¿Si llego antes, preparo chocolate o café? ¿Qué prefieres? —Ah, chocolate, por favor. Te amo. Bye, están entrando clientes.  —Ok, Te deseo buenas ventas. Te espero. Bye. —Bye mi amor. 

Violetas!!!

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Él, cuando desde la calle la vio allá, cuatro pisos arriba, apoyando su bello rostro entre sus manos sobre el alfeizar de la ventana de su habitación, no pudo evitar cantarle. La luna apenas elevándose y las estrellas parpadeando contribuyeron sin duda. Le cantaba a ella, al amor, a la vida, a los pájaros y a las flores, elevando siempre su voz cuando la nombraba a ella y disminuyéndola cuando era a la dulzura del amor, a la alegría de la vida, al canto de los pájaros y al encanto de las flores, para luego elevarla nuevamente en tanto pronunciaba otra vez su nombre. Ella, embelesada, lo escuchaba como se escucha a un ruiseñor, a la lluvia estruendosa, a la mar misma, pues aquel, el que cantaba, era todo un tenor que le cantaba al amor de su vida. Lo hacia bajo la luz cálida de aquella luna que parecía también entretenida y admirada con aquella voz, y el chisperío de blancas estrellas colgando del manto oscuro, desde donde algunas se desprendían en ese instante para recorrer fugaces el ...

Seis y uno!!!

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—Qué dice mi estimado y gran amigo Edgar? —Vos, Tavo, buenas tardes. ¿ya te enteraste? —De qué, mi amigo? ¿Empezó la 3ra guerra mundial? —No, vos. Se murió Miguel. —¡No digas...¡ ¿Miguel, Miguel, nuestro cuate? —Sí, vos. Miguel, el colochón. —¡Ah la madre! ¿y qué diablos? ¿Qué le paso? —No sé, vos. Su mamá me llamó hace unos momentos para avisarme, pero sin detalles sobre cómo o qué le pasó. Solo dijo lo velarán en Funerales San Sebastián, de zona 18, a partir de mediodía. —Qué mala nota, mi amigo. Era buena nota aquel. Ya ves, y nunca volvimos a reunirnos, desde aquella vez... ¿cuándo fue que nos reunimos la ultima vez? ¿En tu casa? —No. La última vez fue en la Bodeguita. Cuando llegaron Jaime y Efraín también.  —Ah si, tienes razón, estuvimos los siete; pero eso fue hace ya como 2 años atrás, ¿verdad?  —Sí, cuando Vinicio regresó de África. —Sí, hombre. Y desde entonces, no nos reunimos. Y ahora, sin aquel. Ya ves. ¿Quién fue el que dijo en el chat que seguramente en el velo...

¿Amanecer?

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Aquella fue una noche excepcional. Sin estrellas, sin luna, sin reflejos y, lo peor de todo, sin gente con luces, era totalmente oscura; y por si fuera poco, se impuso a plena luz del día, contra el mismo sol. Sí, aquella oscuridad derrotó al mismo sol, y se impuso y extendió por lo que otrora fuera la ciudad despierta, de luces y destellos, de música, bailes y alegría para convertirla de la mañana a la noche en un moribundo barrio de quinto patio. Cuando las campanas anunciaron las siete de la noche, la oscuridad era total, y si alguna ínfima luz se atrevía a intentar lucir apenas, de inmediato un soplo frío y gélido, tal la mortal gota fría valenciana, la arremolinaba y apagaba de tajo, sin que nadie supiera a ciencia cierta quién soplaba.  Los mortales, sin luz, sin vida, en pocas semanas empezaron a deambular mendigando un soplo, tan solo un soplo de aliento tibio y confortante que les devolviera un gajo de vida, aunque fuera tan solo una mísera lágrima de vida; pero no, la con...

Mandarinas con olor a tí!

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Aquella mañana, cuando salimos al jardín, el árbol de mandarinas se mostraba brillante y esplendoroso con sus cientos de frutos de colores verde, amarillo y anaranjado colgando de sus ramas. Algún gorrión picoteando las flores del nazareno al lado parecía en cierto momento colgar también de aquel árbol, sin embargo, la ilusión se esfumaba cuando de pronto volaba intrépido hacia otras flores circundantes.  La grama, aún fresca con el rocío de la mañana, humedecía y refrescaba nuestros pies descalzos. En tanto cuidando no resbalar y caer, y estirando nuestro cuerpo y de puntillas, procurábamos cortar alguna de aquellas frescas y hermosas mandarinas casi al alcance de nuestra mano para complementar el café y el croisant que dos minutos atrás habías dispuesto primorosamente sobre aquella mesita que tanto te gustaba, en la esquina, donde pronto tomaríamos el desayuno. ¿Recuerdas? Tú, con tu blanco vestido de algodón y tus cabellos dorados flotando entre nuestra alegría, rayos de sol y a...

Nuestra historia!

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Había una vez un pueblo que siempre se hacía más pequeño y más pequeño y más pequeño y más pequeño y más pequeño y más pequeño y más pequeño y más pequeño y pequeño, pequeño, pequeño, pequeño y pequeño hasta cuando finalmente llegó a ser insignificante. 

Los amigos!!!

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—Señorita, me sirve una caña, por favor. Espero a unos amigos — —Claro que sí, ahora mismo —   No está mal el lugar. Se ve limpio y tranquilo. Ojalá no de pronto se convierta en un antro de borrachos hostiles, aunque por la música y la decoración no lo creo. Se siente agradable, hasta como con un poco de paz. Sí, ha sido buena idea reunirnos aquí. Ojalá aquellos vengan pronto. Quedamos a las siete y son ya las y cinco, me tomaré esta caña y, si no vienen en quince minutos, me voy. Ah, ahí viene Antonio. Qué bueno.   —Ey Antonio, amigo, por acá — Caramba, cómo ha cambiado este jodido. Está un poco más gordo. Seguro le ha de ir muy bien. Y qué bien vestido viene.   —Gran amigo, que gusto verlo de nuevo. Qué chumpaza la que se anda cargando, usted — Ya quisiera yo tener una chaqueta de cuero como esa. Café y con elástico a la cintura, cabal como la quiero. ¿En dónde la compraría?   —Igualmente Nicanor, cómo has estado. Teníamos tiempo de no vernos. Y Pepe, ¿no ...

Cerrando el día!!!

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La parada del autobús se encontraba completamente anegada de gente, excediendo por mucho su capacidad, al extremo que había gente incluso cerca de media cuadra en su rededor. Cuando vimos venir y llegar el bus, de nada sirvió, pues este llegaba atestado de gente. Apenas doce o quince personas se bajaron y veinte o veintidós se subieron, apretujándose como sardinas con los demás. Un alivio flotó en el aire cuando vimos venir y llegar otro autobús; sin embargo, de igual manera, lleno, al extremo que no todos los que pretendían bajar bajaron, pues les fue imposible abrirse paso, y cuando las puertas se cerraron, irremediablemente se fueron hasta la próxima distante parada. La lluvia se dejaba sentir cercana, y eso complicaba más el final del día, pues gran parte de la gente, la mayoría, no estaba bajo techo.   El tránsito circundante a la parada, de todo tipo de autos en las calles y las avenidas, estaba totalmente colapsado. No se movían ni una pulgada, en ninguna dirección. El estri...

Noches de pareja!

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Plácida y serena, entre los brazos de él roncaba; sin embargo, para no despertarla, él no dormía. 

El pueblo unido...

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...había sido finalmente dividido y polarizado gracias a la arrogancia de mortales que, allende las fronteras y los mares, se las llevaban de dioses y chamanes o seres superiores de suprema inteligencia, capaces de dirigir a la humanidad hacia un nuevo orden mundial creado por ellos en su triste y utópico imaginario de un hombre bueno. Así, en aquel diminuto país de lagos y volcanes, el pueblo separado, dividido y confrontado se unía, sí, para orar, diezmar y socializar en las distintas iglesias del país, claro, cada cual en la suya, pues divididos y polarizados así debía ser.  De igual manera, se unía parte de aquel pueblo para beber, bailar, cantar y socializar en las cantinas del país, aunque de igual manera, para cada grupo una clase de cantina. Los de whiskey por acá y los de indita por allá.  Pero el tercer grupo es el principal, y más grande. Este se unía, sí, incluso a escondidas, para pensar y trazar estrategias que les permitieran seguir saqueando al pueblo y hartánd...

Mi mejor amigo!!!

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Más que amigos, puedo presumir él era mi otro yo, hasta se llamaba igual que yo, por eso lo que ahora escribo y les cuento es como si yo mismo lo hubiera vivido. Aquel era un buen tipo. Servicial con los amigos, músico y cantante, amenizaba a donde fuera. Alegre y media vida; campechano, como le llamamos allá en Mendoza a aquellos que sin mucho aspaviento o delicadeza, en cuanto tienen oportunidad, sacan su guitarra y se ponen a hacerla de trovador al lado de la fogata o del brasero, reuniendo en su rededor tanto a las más aterciopeladas voces como a las más ingratas y chillonas, aunque entusiastas y alegres todas, en tanto a la luz de la luna beben mate. Además, deportista, aventurero y como él mismo decía: fiel  admirador y seguidor de Borges y del enorme Quiroga, sin ocultar su pasión por Hemingway. Al lado de Carola, guapa, dulce y entusiasta esposa, y sus tres hijos, todos con grado universitario por la de Buenos Aires y maestrías en Europa, aquel se encontraba en la cima del ...