El hijo vivo!!!
Anselmo y Germinia, enamorados, decidieron casarse. Ella de 19 y él de 24. Pronto ella embarazada, a los 13 meses nació la primera, Germinita. Luego, un año y medio después, llegó la hermanita, a quien le pusieron Juana, y la vestían de verde, aunque esto no es relevante. Al poco tiempo nació por fin el anhelado hombrecito, por partida doble, pues resultaron gemelos. Anselmo uno y Bernardo el otro. Ignorando quien escribe por qué, don Anselmo y doña Germinia ya para ese entonces, se atrevieron a un 5to embarazo, y así llegó la sorpresa, Eusebio. Distinto. De pelo lacio y ojos verdes, pero ni modo, los papás emocionados y los hermanitos felices.
Claro, eso sucedió décadas atrás, cuando aún se podía tener varios hijos. Hoy día, con lo caro que está la vida, sabemos, a lo sumo dos chirices si no uno con suerte, pues de lo contrario, chuchito, o peor aún, gato.
Así las cosas, en un abrir y cerrar de ojos, celebraban los 21 años de Eusebio, casi al mismo tiempo que celebraban también los 29 de Germinita, quien pronto contraería nupcias con un caballero de misterioso linaje oriundo de Jutiapa.
Don Anselmo, con su 3ero básico, trabajó toda su vida para sacarlos adelante y que estudiaran, además, teniendo a doña Germinia bien, en términos generales. Toda la familia vivía bien. Casa propia, cuartos separados para cada hijo, salvo los gemelos que ocupaban uno solo. Además, la casa asentada en un terreno enorme, donde fácil cabrían otras 10 o doce casas similares. Carrito de no más de 10 años, paseo a Amatitlán el fin de semana del día de la Cruz, a Puerto Barrios en Semana Santa y en vacaciones de fin de año a algún otro lado, desde Tikal hasta Las Lisas o bien La Capellania en Huehue.
El único problema: Anselmito. Anselmito, por Dios santo. Siempre, desde pequeño, se le encontraba en mentiras. Con un trompo que nadie sabía de dónde había salido; luego, reclamos de la maestra. De pronto con bicicleta, también de origen desconocido y hasta moto cuando con Bernardo cumplían los 16. Pero el colmo fue cuando agentes de la policía se presentaron en casa para conducirlo a la estación por sospechas de asalto a mano armada. Para fortuna de él, nadie se presentó a acusarlo, por lo que se libró.
Don Anselmo, con cerca de 60 años entonces, ya no estaba muy a gusto con Anselmito. Además, este, con su futuro cuñado, empezaron a erigirse como líderes en la familia, pues sin saber cómo, tenían carro del año, festejaban de domingo a domingo y otras cositas que a don Anselmo no le cuadraban en su cabeza, y tampoco a doña Germinia, vale decir.
Una noche de sábado, cuando don Anselmo y doña Germi regresaban luego de compras en el mercado, vieron afuera, frente a su casa, estacionados 3 autos desconocidos pero de modelo reciente. Al entrar a casa, fueron recibidos con suma amabilidad por sus cinco hijos, su futuro yerno y, según entendieron en ese momento, su nueva nuera, a la cual en ese momento conocían. Novia de Anselmito.
Pronto, Anselmito tomó la palabra, y dirigiéndose a don Anselmo y doña Germi, dijo:
Papá, nosotros los hermanos estamos muy agradecidos con usted por todo su esfuerzo y trabajo. Y como usted mismo dice: reconoce el valor de la democracia, la aplaude y la vitorea cuando el presidente envía sus mensajes, nosotros, en total democracia, como a usted le gusta, hemos decidido que esta casa y el terreno los ponga a mi nombre, para yo administrarlos y hacer cosas grandes para beneficio de todos, usted, mamá y mis hermanos. Y para que usted no dude de nuestra verdadera vocación democrática, levanten la mano quienes se oponen.
Ya vio papá, esto es democracia. Entonces, acá está el licenciado Martin, quien por cierto fue diputado, electo democráticamente como a usted le gusta, para que haga los papeles. En nombre de mis hermanos, le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros, papá. Acá es donde debe firmar.
Cuando de la democracia hacen una desgracia!!!
Buenisimo....que vivos los democratas...
ResponderEliminarLeído mi estimado Amigo
ResponderEliminarAunque los chuchos y gatos ahora ya cuestan bien caros tambien!
ResponderEliminarLamentablemente se ven variaciones sobre el mismo tema. Nadie sabe para quien trabaja...
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